El hombre, como hijo de Dios, es heredero de todas las cosas buenas y bellas que Él creó. Ya se le proporcionan todos los recursos necesarios para su supervivencia y debe vivir rodeado del abundante don de Dios. A través de la Recitación “Reino de Dios de Infinita Provisión”, sintonizamos la mente a este aspecto real. Es la práctica en la que visualizamos la Provisión Ilimitada que Dios ya nos ha dado, recitando repetidamente las palabras “Reino de Dios de Infinita Provisión”. Se puede realizar en forma individual, pero se sugiere que, en una reunión o seminario de Seicho-No-Ie, la persona participe en la Recitación, en un grupo, explicado y dirigido por un profesor. Por lo tanto, comprenderán más profundamente que el ser humano enriquece si traza en la mente la riqueza, simplemente sintonizando con ella. Esta práctica promueve esta armonía e induce la manifestación de la prosperidad en la vida de la persona.