La enseñanza de Seicho-No-Ie afirma que el “Mundo absoluto de Dios es realidad verdadera, perfección y armonía”.

Si esa perfección no se manifiesta como realidad presente, se debe al hecho de no estar purificados nuestros tres carmas relacionados al cuerpo, a la boca y al pensamiento. Por lo tanto, sería lo mismo que no obtener una hermosa imagen fotográfica, aunque uno tenga un paisaje maravilloso, porque la lente de la máquina está empañada o porque se utilizó un filtro distorsionado en el metraje. Entonces, para manifestar en el mundo fenoménico la imagen perfecta del verdadero mundo creado por Dios, es necesario purificar los tres carmas (del hablar, pensar y actuar).

Esta práctica recitativa es verbal, y en ella afirmamos repetidamente las palabras “Imagen Verdadera-Armonía-Perfección”, grabándolas en las capas mentales más profundas. Puede ser realizada en forma individual, pero se recomienda que vaya una reunión o seminario de Seicho-No-Ie, y que la persona participe de la Recitación en grupo, explicada y conducida por un profesor. De este modo, comprenderá más profundamente que el ser humano es la imagen y semejanza de Dios; y como tal será  natural que manifieste felicidad, salud, armonía y prosperidad.