¿Podemos controlar la ansiedad en los momentos decisivos? ¿Sea en el examen de admisión a las universidades, presentaciones, entrevistas para trabajo, competencias? ¿Las prácticas de la enseñanza auxilian en esos momentos?
En el libro Você é Dono de Potencialidade Infinita está escrito que “la pequeña semilla de roble cumple las tareas que le corresponde en el momento, en el lugar designado, absorbiendo los nutrientes dados y haciendo lo posible para germinar y crecer. Con el pasar del tiempo termina por transformarse en un gran árbol. Si la semilla ( o la muda de este árbol no hace todo lo que es posible en el medio que le es dado, nunca se volverá un grandioso árbol”. ¿Yo soy un grandioso árbol?
Todos nosotros estamos en este mundo para expresar a Dios en su más alto grado, así como el petróleo permanece en las capas más profundas de la Tierra, nuestro Dios interior está esperando la oportunidad de manifestarse. A lo largo de nuestra jornada, vivimos las más variadas experiencias que servirán como base (peldaños) para alcanzar nuestros objetivos, de esta manera todo lo que experimentamos forma parte de un objetivo mayor. Debemos sacar el máximo provecho de la situación en que nos encontramos ahora.
Hace algunos años, el divulgador Rafael Muzulao participó en un Seminario de Entrenamiento Espiritual en la Academia de Curitiba y, en esa oportunidad, estaba buscando una empleo profesional. Comentó que antes de ir a la academia había dejado algunos currículums en las academias de inglés de la región donde vivía y que su intención era encontrar un puesto como profesor. En medio del seminario, recibió una llamada de una academia solicitándole una entrevista, que se agendó para la semana siguiente – pues su intención era concluir el seminario.
Cuando Rafael realizó la entrevista, el propietario de la academia simpatizó tanto con él que lo contrató como coordinador del curso. En esa oportunidad, Rafael fue al seminario para donarse, auxiliar en la comisión. En el libro Imaginação Criadora está escrito que “siempre debemos pensar en términos de servir a los demás y recordar que nuestro éxito y nuestra realización vienen a través de canales de buena voluntad, sin obtener ventajas de nadie, sin causar sufrimientos, para que podamos prosperar”
Otro factor importante es nuestra atmósfera personal, la fuerza de nuestro carácter, nuestro estado de espíritu. Rafael permaneció diez días en la academia, en todo ese tiempo practicó las enseñanzas de Seicho-No-Ie, lo que favoreció entrar en contacto y exteriorizar su Dios interior. Y lo más importante: esa fuerza siempre existió. Él apenas la puso en marcha. Al dirigirse a la escuela de inglés, tenía la convicción de ya estaba contratado.
Cualquiera que sea el intento, cuando tenemos la convicción, estamos en la mitad del camino a recorrer, pues estamos tomando posesión de lo que ya nos pertenece. Al escoger creer en nuestra capacidad, pasamos a creer que lo podemos realizar, y esta creencia impulsa el actuar de modo que nuestros sueños y objetivos se realicen.
Yo comencé a cambiar mi vida con la fuerza de la palabra, ya conté esta historia diversas veces, pero cuando comencé a participar en las reuniones de los jóvenes, era muy tímido e introvertido, y fue la lectura y las prácticas de la enseñanza que me proporcionaron accionar esta grandiosa fuerza mía interior.
¿Creo que existe una fuerza grandiosa dentro de mÍ?
En El Libro de los jóvenes hay un pasaje que, después que lo leí se convirtió en parte de mi cotidiano: “Una vez que tomó una decisión de realizar alguna cosa, no debemos dejar una opción que nos lleve a desistir del objetivo inicial así que comiencen a surgir obstáculos. Es necesario que ‘bloqueemos’ deliberadamente el camino de regreso y los caminos secundarios, de modo que no podamos hacer otra cosa sino avanzar siempre, sin desviar nuestra atención a cosas innecesarias. ‘Yo quiero realizar esto. Y lo he de lograr, cueste lo que cueste. Así debe ser nuestra convicción.
¿Yo tengo la convicción?
Hace algunos años una amiga me buscó para conversar. Ella quería estudiar en una facultad, sin embargo no podría pagar todos sus gastos en el curso, transporte y alimentación, y creía que esas dificultades no le dejarían realizar su sueño. La orienté a practicar diariamente la Meditación Shinsokán y a visualizarse ya estudiando en la facultad. También le sugerí que se tomase una foto frente a la facultad y la colocase en un lugar donde ella transita diariamente y, siempre cuando viese la foto afirmase que ya estaba estudiando allí. Pasaron unos días, sus amigos fueron a ofrecerle ayuda económica y ella pudo realizar la preparatoria.
Posteriormente ella me contó que, llegó el último día de la inscripción para el examen de admisión, no tenía dinero para inscribirse y, como los amigos la habían ayudado todo el año, se sintió avergonzada de pedirles ayuda. Sin embargo, no se detuvo, se dirigió al lugar de la inscripción con la convicción de que todos saldría bien – y en la fila del banco comenzó a leer la Sutra Sagrada Lluvia de Néctar de la Verdad y agradecer que ya estaba inscrita en el examen de admisión – ella mentalizaba “ya estoy inscrita” y agradecía. El tiempo fue transcurriendo y se iba acercando para que la atiendan, cuando, un poco antes de su turno, una dama la abordó y le preguntó qué era lo que leía en aquel librito negro. Ella amablemente le contó lo que estaba sucediendo y, para su sorpresa, la dama le pagó su inscripción. Ella pasó el examen de admisión y estudio en la facultad que tanto deseaba porque decidió, creyó y actuó.
El trecho citado de El Libro de los Jóvenes nos exhorta a tomar una decisión y seguir adelante. Todos los días, al despertar, decidimos como será nuestro día, y lo que decidimos diariamente nos impulsa a la concretización de nuestros objetivos.
¿Qué decido diariamente?
¿En qué creo?
¿Cómo estoy procediendo? ¿Estoy actuando?
Al despertar y practicar la Meditación Shinsokán, nos concectamos con las ondas de salvación y orientación de Dios, y nuestras decisiones serán efectivas.
En el libro Você é Dono de Potencialidade Infinita, p. 144, está escrito: Mantenga firme la fe”. También expresa “Acaricie grandes sueños y esperanzas, crea que ellos se concretizarán sin falta y visualice un futuro radiante y feliz”
Siempre repita: “Yo tengo un gran sueño” ¡Él ya se concretizó! ¡Soy feliz, mi futuro es un éxito!”
Jesucristo dijo: “Si crees, verás la gloria de Dios” (Juan 11, 40) y también dijo “Padre, gracias te doy, por haberme escuchado” (Juan 11, 41)
Quiero finalizar este artículo con la cita final de una historia fantástica que usted encontrará en El Libro de los Jóvenes:
“Usted logrará obtener cualquier cosa que desea, si su intención es para el bien de todos. Basta extender las manos. Concientice que dentro de usted existe una fuerza capaz de dirigir toda las cosas según su deseo. Concientice de que usted puede todo lo que desea”.
¡Nosotros podemos mucho más!
Fuente: Revista Seicho-No-Ie Mundo Idel, nº295