Si usted no está consiguiendo empleo, haga las siguientes reflexiones:
PASO 1
– Cuando usted despertaba para ir a trabajar, ¿se levantaba feliz o reclamaba: “¡Caramba! ¡Tengo que ir a trabajar!”? Al terminar el día, ¿salía de la empresa feliz consigo mismo por haberse dedicado al máximo al trabajo? Viendo a algunos compañeros sin trabajar tanto como usted, y con un salario superior al suyo, ¿llegaba a pensar: “No voy a dedicarme tanto, pues él gana más y trabaja menos”? Cuando se dirigía al trabajo, ¿tenía sentimiento de gratitud hacia la empresa? ¿Todos los días? ¿Algunas veces a la semana? ¿Nunca? Pregúntese lo siguiente: “¿Qué necesito aprender, entender, corregir y renovar?” ¡Necesita tener más sentimiento por todo! Así consta en La Verdad de la Vida, v. 40, cap. 7: “Sentir gratitud a todo de modo natural y dócil es el secreto para iluminar el hogar y lograr felicidad en la vida. Si surgen problemas en la vida de una persona, significa que ella no entendió el verdadero sentido de la gratitud”.
En el libro La Verdad de la Vida, v. 8, p. 185, el Maestro explica el motivo por el que muchos pierden el empleo: “Los sentimientos opuestos a la gratitud son el descontento, la insatisfacción, el resentimiento, la envidia, la rabia, etc. Ellos desarmonizan el pensamiento del hombre, y así también estarán en desarmonía los acontecimientos que vienen de ese pensamiento”. Si usted siente insatisfacción por algo, inconscientemente se va a alejar de él. Es natural que quien está insatisfecho con el celular que posee piense en otro. Y si se siente insatisfacción por el hecho de trabajar, sucederá que se alejará del mismo: perdiendo el empleo o siendo transferido a otra área. No se trata de suerte o de mala suerte, y sí del trabajo de la propia mente.
PASO 2
A medida que el alumno va aprendiendo en la escuela, avanza a un curso superior, pero si es reprobado es porque lo que aprendió no fue suficiente para que pase a la siguiente etapa, y tendrá que cursar el mismo curso de nuevo. Quien perdió el empleo, y no está consiguiendo otro trabajo, es porque piensa que fue “reprobado en la lección de la Vida”. Usted reza, reza, pero parece que Dios no está oyendo sus oraciones. Lee la Sutra Sagrada Lluvia de Néctar de la Verdad y no se da cuenta que la lección de Vida está allí: “Reconcíliate con todas las cosas del cielo y de la tierra”, más adelante: “Si quieres llamarme, reconcíliate con todas las cosas del cielo y de la tierra y llama por mí”. He oído a cientos de personas decir: “No guardo rencor de nadie”. Quien dice eso es el que mira solamente la punta del iceberg y cree estar viendo todo el bloque del hielo. Blaise Pascal dijo: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”. Traduciendo sería: en el subconsciente están grabadas tantas cosas que el consciente desconoce. ¿Y por qué Pascal no dijo subconsciente o inconsciente? La razón es simple: vivió 230 años antes de que Freud descubriera que existía el subconsciente. Y hay también aquellos que dicen: “Ah, lo perdoné porque hasta me olvidé de lo que hizo”. Olvidar no significa que haya perdonado, pues, cuando sale a la luz el hecho que estaba olvidado y la persona se arrepiente, puede ocurrir hasta algún milagro. En el libro Iluminando su camino, cité el relato de una señora que estaba con inflamación dental y que al día siguiente tendría que someterse a una cirugía. Al mostrarme el diente con problema, le dije que era consecuencia del resentimiento que guardaba contra el padre, a lo que rápidamente contestó: “Si usted dice que es con mi madre, estoy de acuerdo, pero de mi padre sólo tengo buenos recuerdos”. De nuevo le pregunté “¿cuál es el diente?” y repetí la misma frase: “Es el resentimiento contra su padre”. Una hora y media después, cuando llegó a su casa, ella se acordó de la única pelea que tuvo con su padre. Lloró por dos horas pidiéndole perdón. Al día siguiente, al despertar, notó que no sentía más dolores en el diente, pero aún así fue al dentista porque tenía cita con él. Antes de la intervención, el cirujano dentista sacó una nueva radiografía y, sorprendido, dijo: “¡Increíble! ¡Desapareció totalmente la infección!”.
Si la persona salió del empleo con resentimiento de algún compañero o jefe, mientras ella no los perdone, será natural que las cosas no avancen. En la Revelación Divina de la Gran Armonía, está claro: “Si eres herido por algo… es prueba de que no estás reconciliado con todas las cosas…”.
En el libro citado anteriormente, escribí el relato de una joven que estaba en esa situación. Ella fue despedida debido a una mentira inventada por una compañera de trabajo. Después de asistir a una conferencia en la que expliqué que “muchas personas no consiguen empleo por no perdonar a alguna persona con quien trabajaron”, empezó a practicar la Oración del perdón para esa compañera y para el ex jefe. Cuando ella perdonó al dueño y a la muchacha con quien trabajó, el propio jefe fue a su casa y le pidió perdón por el error cometido y la invitó a trabajar nuevamente con él. Practique la Oración de perdón decenas de veces al día y agradezca al empleo anterior, al fin y al cabo usted recibió salarios y aprendió muchas cosas en ese empleo. Y usted, que busca empleo ¿recuerda algún desentendimiento, rabia, rencor de alguien con quien trabajó? Entonces perdone, perdone, perdone.
PASO 3
¿Está buscando empleo, pero cómo está orando? ¿De qué forma? En el mundo absoluto de Dios (Cielo), no existen desempleo, carencia, ni enfermedad, ni sufrimiento, pero en la Tierra, ocurren muchos hechos desagradables debido a las proyecciones de la mente del hombre. Por eso, en la Oración del Padre nuestro se pide que se haga la voluntad de Dios así en la Tierra como en el cielo. Si usted ora: “Dios, estoy sin empleo, dame uno”, será difícil obtenerlo, porque está afirmando “estoy sin empleo”. Orar con pensamiento negativo va a proyectar hechos negativos; entonces, la forma eficaz es seguir la orientación de Cristo: “Y todo lo que pidáis en la oración, creyendo, recibiréis” (Mateo 21. 22). Por lo tanto, ore creyendo “ya estoy empleado”. Sin embargo, si dice “ya estoy empleado” sin emoción, sin seguridad, sin creer en su oración, entonces nada va a cambiar. El maestro Masaharu Taniguchi enseña a pensar y sentir con sinceridad, fe, determinación, e imaginar la escena de estar trabajando. Contemple esta escena. Contémplela, agradeciendo decenas y decenas de veces: “Gracias”.
PASO 4
¿Está en armonía con sus padres? ¿En serio? ¿Les agradece mentalmente todos los días? ¿De verdad? No tiene suerte quien no ama a los padres. Observe a los jugadores que siempre están bien, como es el caso de Neymar, dicen que oye al padre y está en armonía con la madre también. Mientras que muchos talentosos que vivían lastimados y tuvieron que terminar la carrera precozmente estaban peleados con el padre o con la madre.
[…] En el libro La llave de la vida feliz, v. 1, en el capítulo “Los 16 artículos de la ley de la realización del ideal”, p. 107, consta “El artículo 9 de la ley para la realización del ideal: gratitud a los padres”, en el cual, al final del artículo, el maestro Masaharu Taniguchi escribió: “Puede que alguien piense que eso no tiene ninguna relación con la realización del ideal o la prosperidad del proyecto, pero la gratitud a los padres tiene gran influencia en el éxito de esa persona”. Hace dos años orienté un Seminario de Luz en el norte de Brasil y, conversando con un joven muy activo en el movimiento, noté que había una tristeza evidente en su mirada, entonces le dije: “¿Usted guarda tristeza de la infancia, no es verdad?”.
[…] Él, contando su infancia, dijo que sólo la madre se hizo cargo de él y que desconocía el paradero de su padre. Le orienté a entender que debía perdonarlo, porque nada ocurre por casualidad. Estamos regidos por la ley del karma (ley de la mente) y, si él practicaba diariamente la Oración del perdón, varias veces, y el agradecimiento cientos de veces al día, todo iba a mejorar para él; y, para tener disciplina en la práctica del agradecimiento, le dije que lo hiciera con 1 kilo de frijoles durante un mes. Este joven me agradeció de una forma que pensé “no creo que lo vaya a practicar”, pero me equivoqué, pues él puso religiosamente en práctica todo lo que hablé, y el resultado fue sorprendente.
[…] A la semana siguiente, las hermanas del padre lo buscaron y entonces ¡conoció a los tíos y al padre! Y más aún: su trabajo tuvo un desempeño tan extraordinario que la jefa lo felicitó y, además, ¡recibió propuesta de otra empresa!
PASO 5
Imagínese trabajando en el departamento de selección de una empresa, aplicando pruebas a los candidatos, entrevistando y teniendo que decidir quién será el nuevo empleado. Si entre cientos de candidatos quedan sólo dos con las mismas puntuaciones, la misma formación académica y las experiencias equivalentes, ¿a quién va a elegir: al cascarrabias o al que sonríe naturalmente? ¡Entonces, entrene sonreír delante del espejo!
PASO 6
Amplíe su campo de visión. ¿Cómo el dueño de la empresa ve a los empleados? ¿Cómo quisiera que su equipo fuera? El empleado que ejercita esa empatía normalmente es exitoso, porque “habla el mismo idioma” del dueño. Sam Walton es el fundador de Walmart, considerada la mayor empresa minorista del mundo, con más de 5.000 tiendas, y, el día de la apertura de un programa de entrenamiento para sus empleados, pronunció el siguiente discurso:
[…] “Soy el hombre que va a un restaurante, se sienta a la mesa y pacientemente espera, mientras el camarero lo hace todo, menos tomar mi pedido. Soy el hombre que va a una tienda y espera callado, mientras que los vendedores terminan sus conversaciones privadas. Soy el hombre que entra en una gasolinera y nunca toca la bocina, sino que espera pacientemente a que el empleado termine la lectura de su periódico. Soy el hombre que explica su desesperada e inmediata necesidad de una pieza, pero no reclama cuando la recibe solamente después de tres semanas.
[…] Soy el hombre que, cuando entra en un establecimiento comercial, parece estar pidiendo un favor, deseando una sonrisa o esperando apenas ser notado. Soy el hombre que entra en un banco y aguarda tranquilamente a que las recepcionistas y los cajeros terminen de conversar con sus amigos, y espera pacientemente mientras los empleados intercambian ideas entre sí o, simplemente, bajan la cabeza y fingen no verme. Usted debe estar pensando que soy una persona reservada, paciente, del tipo que nunca crea problemas. Se equivoca.
¿Sabe quién soy? ¡Soy el cliente que no vuelve nunca más! Me divierte ver los millones que se gastan todos los años en anuncios de todo tipo, para llevarme de nuevo a su empresa. Cuando fui allí, por primera vez, todo lo que debían haber hecho era sólo una pequeña gentileza, tan barata, concederme un poco más de… cortesía”.
PASO 7
Lea el libro Invitación a la prosperidad, v. 1. Decenas de personas que lo leyeron y pusieron en práctica lo que este libro enseña consiguieron empleos excelentes.
Heitor Miyazaki
Profesor de la Sede Internacional
Fuente: Revista Sea Feliz Nº 188 (junio – julio/2019)